viernes, 2 de mayo de 2014

Los filósofos y el sentido del cambio (1).

No es difícil encontrar personas que opinan que los cambios que nos afectan no tienen precedentes en la historia. Asumen de forma más o menos consciente que el pasado nada tiene que enseñar a los managers en los tiempos del 2.0. Es en la mayoría de los casos una opinión construida sobre una mezcla de desconocimiento y soberbia. Inauguramos una serie de artículos que pretenden aportar una visión diferente. El cambio en sí no es nada nuevo, y las formas útiles de pensar y actuar sobre una realidad cambiante ya fueron analizada desde diversos puntos de vista por grandes pensadores desde la antigüedad, dejándonos principios de enorme utilidad para los líderes empresariales de hoy. Estas líneas constituyen un resumen de las ideas del Dr. Luc de Brabandere quien se define a sí mismo como filósofo corporativo. Consideramos sus aportaciones del máximo interés.


 Si preguntamos a cualquier gestor sobre cuál es el rasgo fundamental de nuestro tiempo, nos responderá sin dudar: "El cambio". Efectivamente el reto de los gestores de nuestro tiempo es el de definir e implantar estrategias en sus organizaciones en un entorno sometido a una dinámica de cambios constantes no siempre detectables a simple vista y de difícil digestión en muchos casos. 

El mundo cambia, la tecnología cambia, los clientes cambian, las empresas cambian, los hábitos cambian y por tanto las personas cambian. Salvando las diferencias de intensidad, el cambio ya estaba en el debate de los filósofos griegos hace 2.500 años. Parménides negaba la realidad del cambio llegando a sostener que el cambio no era posible. Heráclito, casi contemporáneo sostenía que lo imposible era no cambiar ya que era consustancial con la existencia misma. Ilustraba su punto de vista con esta frase: "Es imposible que una persona nade dos veces en el mismo río".  Incluso hoy hay fans de Parménides o de Heráclito en todos los ámbitos empresariales y sociales. Cuando Maquiavelo escribe el Príncipe, está poniendo de manifiesto  un conflicto entre quienes representan el cambio y quienes se le oponen. 

Las dos dimensiones del cambio:

Luc de Brabandere
El reto de hoy consiste en ser buenos gestores en un contexto de cambios cada vez más intensos. Por ello hay que entender que el cambio presenta dos dimensiones. La primera de ellas tiene que ver con el cambio real que hacen que el mundo no sea hoy el mismo de ayer ni el de mañana. La segunda dimensión es el cambio olvidado y que tiene que ver con la percepción, es decir, con la toma de conciencia de la existencia del cambio. En ese sentido Luc de Brabandere, matemático, experto en la gestión del cambio en las organizaciones y profesor de la École Centrale de París explica que el cambio real es continuo, en cambio la percepción es discontínua. Es un shock sobrevenido tras el cambio real. La rapidez con que se produce la percepción del cambio es un factor determinante. El cambio significa, por tanto, cambiar varias veces.

Cómo impacta esta doble dimensión del cambio en las organizaciones. Imaginemos a alguien que siempre llega tarde a sus compromisos. ¿Qué podemos hacer para evitarlo?: Si decidimos actuar sobre la realidad probablemente intentaríamos mejorar  su organización, reduciríamos el número de reuniones, o instalaríamos un GPS en su coche. Pero estos cambios probablemente no serían suficientes. Para conseguir que nuestro hombre sea puntual hemos de cambiar su percepción de la puntualidad. El mensaje sería: "Es bueno llegar a tiempo, es más eficiente y más satisfactorio y sobre todo más eficaz". Si logramos que nuestro personaje asuma esas convicciones, conseguiremos el objetivo.  

Otro ejemplo nos lo proporciona la era de internet. No es suficiente entrar en Inernet e informarnos de lo que pasa en el mundo con la mentalidad del que lee un periódico impreso. A diferencia de éste, internet nos proporciona la interactividad. No es solo información que llega al cerebro desde un periódico. Es asumir una nueva comunicación en doble sentido y extraer de ella los beneficios de los que la comunicación tradicional carece. 

Un tercer ejemplo podría ser el de una fusión entre dos organizaciones. La realidad implica el reto de poner en común las formas de gestionar de los responsables de dos empresas con culturas distintas. Pero no es suficiente con tomar en consideración la necesidad real de acometer la fusión. Es además necesario cambiar las percepciones que la gente tiene de sus trabajos. Si A pasa a ser ex-A y B se convierte en ex-B, C no existe y probablemente la fusión sera un fracaso. 

Si partimos de la base de que el cambio real es continuo, deberíamos asumir que las variables estratégicas de las organizaciones debería de adaptarse a diario a lo nuevos entornos. Una visión es una idea, es una expresión simplificada de un propósito empresarial en el medio largo plazo: Vamos a ser los mejores proveedores de nuestros clientes. Pero si esta visión la cambiamos todas las semanas, conseguiremos paralizar la organización. El reto para el CEO consiste en diseñar una visión, o una estrategia congelada para poder compartirla con los miembros de la organización pero tomando en cuenta que la realidad, el mundo  no está congelado. Hay por tanto un gap entre la estrategia congelada y un mundo que no lo está. Una visión es un cambio en la percepción. No consiste en ir al detalle de ser más baratos, o más rápidos o mas accesibles. Una nueva visión es un gran cambio. Es una nueva y gran percepción del mundo.

Caramba Vs Eureka:


Cuando hablamos de cambio afloran estos dos conceptos en torno a los cuales existe cierta confusión. Algunos lo ven como sinónimos. Los filósofos nos enseñan la necesidad de contar con claras definiciones de los conceptos. 

Innovación significa capacidad de una empresa para cambiar la realidad. Lanzar nuevos productos, captar nuevos clientes, hacer una campaña de comunicación o modernizar su logística.

Creatividad se asocia a la capacidad de cambiar percepciones  Por tanto ambos conceptos pertenecen al ámbito del cambio, pero sus significados son bien diferentes. Podemos ser innovadores sin ser creativos. Pero tambíen podemos ser creativos sin innovación. El ratón del ordenador es una creación de Xerox pero no supo llevarlo a la realidad. Por tanto necesitamos ambos conceptos. Hay que ser creativos e innovadores. La innovación requiere de equipos, métodos, planficación. La creatividad es pensamiento, imaginación, brainstorming.

La creatividad es un reto de personas, la innovación es un reto empresarial. Innovar es hacer algo nuevo en el sistema. Ser creativo consiste en pensar en un nuevo sistema. Innovación es acción. Creatividad es pensamiento. La innovación respeta las reglas del sistema. La creatividad ni siquiera cuestiona las normas. Simplemente busca una nueva forma de ver y hacer las cosas.



El dilema del manager radica en ser vícitma de los cambios en la realidad o en construir una nueva visión apoyándose en el cambio. Es la deferencia entre !Caramba! "que errado he estado o  cómo he tardado en darme cuenta del cambio". ¡Eureka! por el contrario significa "lo encotré voy a hacer esto, éste es el camino". La diferencia entre el genio y el fracasado radica en las diferentes formas de percepción. 

En la próxima entrega hablaremos de...

"Not a single idea is born good". Ninguna buena idea, lo fue el día de su nacimiento.Son necesarios dos pasos. El paso de las viejas ideas existentes hacia un nuevo concepto. Y un segundo paso desde el nuevo concepto hasta el bueno. 

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